Fundación Medifé y el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), organizaron la conferencia “No hay sujeto sin imagen. Relaciones entre imagen, sujeto y poder” de Andrea Soto Calderón.
La actividad se llevó adelante en el Centro Cultural Recoleta y la apertura estuvo a cargo de Daniela Gutierrez, Gerenta General de la Fundación Medifé. También contó con la participación de Marie Bardet y Romina Resuche, que dialogaron con la investigadora en un espacio de intercambio.
La especialista en Estética y Teorías del Arte analizó los mecanismos que actúan en una sociedad sometida a la sobreestimulación visual y una inflación de la imagen, en donde nunca hasta ahora habíamos estado más expuestos y menos protegidos a su manipulación.
“Lo que he intentado hacer es preguntarme cuál podría ser la fuerza formadora que existe en las imágenes y cómo podríamos generar una crítica a la cultura hegemónica visual desde las imágenes”, explicó.
De esta forma, reflexionó sobre la manera en que las mismas pueden ser dispositivos habilitados para articular una crítica social, “entendida no sólo en clave de denuncia sino como una intervención creadora”. “La crítica no puede quedarse solo en un espacio de denuncia. El dedo indicador tiene una larga historia e iconografía no sólo en el mundo del arte sino también en las transformaciones sociales. Toda crítica necesita no solo generar diagnóstico sino también ser creativa, generar líneas, por mínimas que parezcan, de formas en donde se puedan engendrar otros posibles”, afirmó.
“Necesitamos invertir nuestra energía en una pasión creativa para organizar ese polémico encuentro entre lo que se denomina realidad y lo posible. Pero necesitamos también poder trabajar desde los restos, los fragmentos, lo accidental que se produce en las formas de contacto”, agregó.
A su vez, la investigadora sostuvo que está trabajando en una noción que denomina “imagen escena”, que le permite pensar una escena de comunidad. “Como el movimiento obrero clásico levantó una escena de comunidad de esperanza porque trazó lazos simbólicos de colaboración y entendió que la disputa fundamental no era solo una disputa como se cree material sino por lo imaginario o por lo imaginal. Un imaginario político no es un mero problema de presentación y exposición de ideas de lo que ya existe sino que tiene que ver con esos relatos y esos sueños de la comunidad que queremos y que siempre están atravesados por batallas afectivas y sensibles”, expresó.
“La pragmática de las imágenes nos muestra a menudo que en el régimen capitalista las imágenes en vez de sostener a un sujeto en su relación con las demás tiende a destituirlo y esta es una de las tantas razones por las cuales desconfiamos de las imágenes”, dijo.
Por último, remarcó que “es verdad que nunca habíamos estado tan expuestos y expuestas a las imágenes, pero nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta posibilidad de participar en la producción de las imágenes”.
“No vamos a hacer una nueva mitología del David y Goliat contemporáneo, no se trata de eso, sino solamente ejercitar nuestra potencia. No se trata de ejercitar solo nuestra impotencia sino cuáles son esos pequeñitos márgenes que de tanto multiplicarse no dejan de gestarse”, concluyó Soto Calderón.
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